LISTAS DE ESPERA GRABADAS EN MÁRMOL

Aunque la lista de espera del Govern Balear tiene sus primeras entradas fechadas en 1991, muchos de sus integrantes llevan esperando veinte años o más para conseguir un amarre.
Algunos de ellos incluso se han muerto esperando y sus nombres siguen impertérritos en una lista que nunca se mueve, como si estuviera grabada en mármol.
¿Cómo es posible que una lista de espera no se mueva lo más mínimo pasen los años que pasen? ¿Es que la muerte sólo acecha a los que esperan y no a los que poseen amarres? ¿Es que nadie pierde la afición y vende su barca, con lo que el amarre quedaría libre?
La respuesta es muy sencilla y fácil de ilustrar con un ejemplo.
Hace unos años , un directivo del club que tenía su amarre en la zona de Ports de les Illes Balears decidió vender su barco.
Era un velero viejo y mal cuidado que no valía más de dos o tres millones de pesetas de entonces.
Este señor ofrecía su barco pidiendo exactamente siete millones de pesetas.
El sobreprecio correspondía a lo que este señor quería ganar traficando con un amarre que no le pertenecía.
Para conseguir "transmitir" el amarre, lo que se hace es poner a medias la propiedad del barco nuevo entre el antiguo amarrista especulador y el nuevo amarrista "furtivo".
De este modo, con medias propiedades, se consigue burlar la regla que impide la transmisibilidad de los amarres y se logra congelar la lista de espera de forma que tanto da que sean 5 como 500 los que esperen porque nunca avanzarán ni un sólo puesto. Al menos mientras sigan habiendo espabilados sin escrúpulos que especulen con lo que no es suyo y mientras la administración, conociendo esta realidad, la siga permitiendo.
En el club hay al menos dos casos conocidos de transmisión fraudulenta del amarre y la Asamblea de 2008 ordenó a la junta que no se les renovase a los infractores el contrato de alquiler. Pronto veremos lo que pasa, ya que los contratos vencen este 2010.