Ports de les Illes Balears lleva siete años sin aprobar las tarifas de los clubes y marinas de Baleares.
Y no es porque no se les hayan presentado cada año las propuestas por parte de los concesionarios, sino porque no les da la gana.
Uno puede entender un retraso razonable de unas semanas en evaluar las diferentes propuestas, pero siete años es sencillamente un escándalo.
Esta situación hace que todos los concesionarios estén aplicando tarifas provisionales, con la consiguiente inseguridad y clientelismo de la administración.
"Mejor no protestemos, no sea que nos tumben las tarifas" Y ya se sabe que con las cosas de comer no se juega.
Con el coste de los stands que monta Ports en las ferias y salones de Hamburgo, Barcelona, etc. podrían pagar de sobras un funcionario que hiciera el favor de poner el sello de aprobado o denegado en las tarifas que cada año se presentan.
De esa forma las empresas y clubes tendrían más seguridad sobre la amortización de sus inversiones y sobre lo que se puede cobrar legalmente a sus clientes.
Pero debe ser que hay muchas otras cosas más importantes que algo tan básico como saber lo que se puede cobrar a los clientes o socios en una empresa o entidad social.
Que me lo expliquen.
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