Otra vez tenemos que hablar del puerto. Hoy en el pleno del ayuntamiento se ha presentado una moción del PP en la que se pedía a Ports que se iniciaran los contactos para llegar a un consenso sobre la ordenación del puerto interior cuando se acabe el dique y los barcos de pasaje dejen libre el puerto antiguo.
Por su parte UPCM ha pedido completar esa moción fijando un calendario que sincronice la finalización del dique exterior con la entrada en servicio de las nuevas instalaciones del puerto antiguo.
Del mismo modo UPCM ha pedido que se evite que esas nuevas instalaciones caigan en manos de empresas como las que en Mahón están multiplicando las tarifas a voluntad con la aquiescencia de las administraciones.
La preocupación por éste último punto es creciente. Principalmente porque las últimas adjudicaciones en Mahón han supuesto un verdadero éxodo de embarcaciones hacia Fornells en el mejor de los casos y la venta de las mismas en el peor. Y todo ello sin una queja, una crítica ni una voz que defienda a esas personas cuyo crimen es su afición a navegar y sus bajos ingresos.
En Ciutadella el que se ha quedado sin dinero es el Govern Balear. Su endeudamiento es estratosférico y como no hay manera de que se les ocurra reducir gastos de personal ni de dietas de políticos, ni de la ruina en que se ha convertido IB3, pues lo que van a tener que sacrificar son inversiones.
Pero como dejar el puerto sin acabar sería un tanto impopular, a los responsables de turno se les empieza a hacer más apetecible que las obras las haga otro a cambio de una concesión de treinta años.
Si algo así llega a ocurrir, el puerto de Ciutadella habrá sido una total estafa a todos los que han trabajado para que su ampliación sea una realidad. Todo ese trabajo habrá servido para que unos buitres bien relacionados hagan su agosto a costa de las quinientas personas que están en lista de espera para un amarre. Pero no cualquier amarre. Si quieren un amarre a precio de oro ya lo tienen en Mahón o en Cala'n Bosch. Los ricos ya tienen amarres si quieren.
Lo que nos estamos jugando son los amarres "sociales". Aquellos que sirven para que los residentes en Menorca de cualquier capa social puedan disfrutar de su afición a la mar.
Si una Marina se hace cargo de los amarres en Ciutadella, no tiene porque respetar las listas de espera y además puede multiplicar las tarifas como quiera porque las tarifas máximas aprobadas por Ports de Balears son abusivas.
Si una Marina se hace cargo de las obras a cambio de una concesión, habrá sido otro paso más en el avance del capitalismo salvaje en el mundo de la náutica.
La banca gana, los lobbyes ganan, los especuladores ganan, el Govern gana...¿a quién le van a importar que cuatro aficionados a la vela o a la pesca tengan que esperar otros veinte años para conseguir su amarre?
Veremos.
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