martes, 16 de agosto de 2011

UN POCO DE EDUCACIÓN

Debo estar haciéndome mayor. Es la única explicación que le encuentro a un pensamiento que acude a mi cabeza cada vez con mayor insistencia.

Se está perdiendo la educación entre las gentes de la mar.

Recuerdo que hace años era lo más normal saludarse entre dos barcos cuando se cruzaban en la mar. Ahora, cuando saludas a otro barco su patrón se te queda mirando con cara de no comprender nada. No es capaz de entender que un desconocido le haga un gesto amistoso en medio del mar y se queda como se quedaría si ese desconocido le sonriese en medio de un vagón de metro.

Lo mismo ocurre cuando se ve llegar a un vecino de pantalán en un día de viento y se ve que va a tener problemas para amarrar su barco. La gran mayoría de los asistentes se repantingan en su bañera y se preparan para disfrutar del espectáculo que se avecina. Sólo en contadas ocasiones se ve a alguien que baja al pantalán para entregarle las amarras al patrón en apuros o al tripulante poco experimentado que se debate sentado en el molinete con el bichero en ristre.

Esa falta de educación o de respeto en la mar se aprecia en otros muchos detalles, como el del armador que no pone las suficientes defensas en su costado pensando que es mejor que el gasto en esos elementos de protección lo haga su vecino de amarre. Es una falta de respeto y un claro exponente de hasta dónde llega el egoísmo y el desprecio hacia los demás.

Y qué decir de aquellos que llegan a una playa abarrotada de barcos fondeados y echan el ancla sin pensar lo más mínimo si van a amargarle el domingo a su vecino poniendo su popa a tocar la línea de fondeo del otro barco. Deben pensar: “Y si no le gusta, ¡que se vaya! ¡Ah! ¿Que no se ha ido aún? Pues le ponemos reggaetón a todo vatio y verás cómo se acaba yendo y dejándonos más anchos.¡ Y pobre de él como se le ocurra protestar!”

Por no hablar de los que no saben navegar a menos de diez nudos entre los barcos fondeados o amarrados. Seguramente creen que alegran al personal cuando ponen a todo el mundo a “bailar” con las olas de su estela. En Menorca hay una golondrina que entra y sale de las calas a una velocidad que permitiría a sus pasajeros hacer ski náutico sin ningún problema. Es muy conocida por la cantidad de “amigos” que deja a su paso.

Pero también tenemos a las motos de agua que toman a los barcos fondeados como boyas de un circuito de regatas ; a las motoras enormes que juegan al tentetieso con los veleros pasando a pocos metros de ellos; a los profesionales del mar que creen que tienen más preferencia que nadie por el hecho de pasar más horas en remojo que los demás…y un largo etcétera que lamentablemente se hace mayor a medida que pasan los años.

Y es que la educación en la mar no es otra cosa que el reflejo de la que se tiene en tierra, en la vida cotidiana y parece ser que eso algo que está “pasado de moda”, que “no mola” y que “es de pringaos”.

No es que pretenda dar a nadie lecciones de educación pero creo que no estará de más este pequeño recordatorio al inicio de otro agosto masificado y frenético como el que empezamos.

miércoles, 6 de julio de 2011

El puerto inexistente

Ahora que el dique está medio acabado, la atención portuaria se centra en el puerto antiguo.
A la que uno se fija atentamente se aprecia que los pantalanes flotantes pivotados y "antirrissaga" que se anunciaron a bombo y platillo para Sant Joan, son un tanto...inexistentes.
Y a la que uno se fija con más detenimiento se observa que no hay mucha maquinaria trabajando en las pilonas ni se ven gran cantidad de módulos flotantes apilados preparados para meterse en el agua.
Y no es porque a uno le engañe la vista, no.
Es porque a uno le engañan los políticos.
Esos políticos a los que se les llena la boca de promesas cuando se acercan las elecciones aunque sepan que no tienen un euro en la caja para pagar nada.
"Estará todo para Sant Joan" decían hace un tiempo. "Estara todo listo para Julio" decían más tarde. Y al final los únicos que están listos son los que pretendían que las nuevas infraestructuras atrajesen a un turismo náutico que les ayudase a paliar la crisis galopante que azota a nuestra isla.
Los que estamos listos somos los que dependemos del sector náutico para comer.
Estamos listos si dependemos de la diligencia y la capacidad de gestión de los políticos porque el político adolece de ellas por definición. A este punto hemos llegado.
Cuando un político dice que no le parece mal que las nuevas instalaciones de Cala'n Busquets sean gestionadas por una empresa privada es que tiene una miopía galopante que le impide ver a una distancia mayor que 40 kilómetros.
Porque si viera más allá de cuarenta kilómetros se daría cuenta de lo que ha hecho la gestión privada con los amarres del puerto de Mahón.
Vería cuántos menorquines se han vendido su barca o la han tenido que dejar en tierra por no poder pagar unas tarifas multiplicadas por seis de la noche a la mañana.
Vería pantalanes vacíos porque ni los millonarios son tan tontos decidan pagan por un trozo de agua mucho más de lo que vale. De alguna forma se habrán hecho millonarios, digo yo.
Y es que el político novato se pierde por la boca, como los besugos.
Ponerle un micrófono delante es incitarle irresistiblemente a que hable de todo y de todos aunque no haya tenido tiempo de asesorarse mínimamente con anterioridad. Y así queda como un fantoche que repite lo que ha oido sin procesarlo, como una cacatúa.
Esperemos que el alcalde de Ciutadella le dedique a su puerto una parte al menos de la atención que se merece y pregunte y escuche a quienes viven en el puerto y del puerto, sean del color político que sean, porque de lo contrario no va a dar pie con bola o puede estar simplemente favoreciendo los intereses de unos pocos en contra del interés general.

miércoles, 29 de junio de 2011

El club "más social"

Como decía el poeta: "Si naciste para martillo, del cielo te caen los clavos".
La verdad es que ha hecho falta poco para que se le vea claro el charol a la junta de nuestro club.
Hubo hace poco un campeonato de Baleares en el que los directivos se podían codear con los políticos y ponerse las corbatas. Como era de esperar no faltó ni uno.
Pero en cuanto se ha tratado de organizar una regata social para fomentar la participación de la mayor cantidad posible de embarcaciones de las que normalmente no acuden a las regatas, no ha habido nadie que dé el callo ni se preocupe lo más mínimo.
Se ve que "viste" mucho más sacar pecho organizando un campeonato de Baleares que el trabajar por el socio de base.
Ni siquiera se hizo el esfuerzo de pagar cuatro bolsas de patatas fritas. Se mandó un mail diciendo que cada participante se trajera su comida.
De esta manera pasó lo que tenía que pasar. Que no acudió ni el gato.
De 18 barcos que habitualmente corrían la regata social se ha pasado a 8. Y los comentarios de los que fueron no tienen desperdicio.
Luego dirán que si los pescadores habían reservado la barbacoa y que si eran fechas muy cercanas a Fiestas. Pero es que antes no había barbacoa, o sea que bastaba con montar un par de bombonas de butano y las planchas de un par de socios.
Y lo de las fiestas, cae por su propio peso. Simepre se ha hecho esta regata las semanas antes de Sant Joan y siempre ha habido una buena participación.
Lo que ha pasado este año es que se ha visto claro que el club sólo está para las actividades elitistas y que pueden reportar réditos de imagen, como los campeonatos de alto nivel y las cenas de "protagonistas". Pero cuando se trata de estimular a los socios de base no hay nadie que se arremangue.
El contraste de la organización de la regata social con los recursos destinados a organizar la excursión a la Illa del Rey y la opípara comilona en Es Pla es enorme.
Uno no puede evitar pensar que, si a nuestro club le salen tan bien las excursiones de jubilados y tan mal las regatas, habrá que ir hablando con el inserso para que nos organicen las regatas sociales. Y seguro que lo harán mejor.

viernes, 10 de junio de 2011

Pinceladas o brochazos

En ocasiones la conversación a pie de muelle deriva hacia temas que parece que no merecen un artículo en los periódicos o tan siquiera una entrada en el blog. Sin embargo tampoco es bueno que las inquietudes, aunque sean pequeñas, se queden en el tintero y no pasen más allá de una charla portuaria.
De modo que voy a dar unas cuantas pinceladas sobre temas que han ido surgiendo estos días y que unos y otros me han ido comentando.
Para empezar podríamos citar a una familia de navegantes ingleses que se sorprendieron mucho al fondear en la playa de Binibeca. Lanzaron el hierro respetando las boyas que delimitan la zona de baño y decidieron que podrían ir a un restaurante en tierra para cenar a gusto en algún restaurante.
La sorpresa vino cuando el vigilante de la playa les dijo que era imposible desembarcar y dejar el auxiliar en tierra mientras comían. Al explicarle al vigilante que su intención era comer juntos y no por turnos y que además pensaban gastar una buena cantidad de dinero, obtuvieron como respuesta que eso era cosa del ayuntamiento de Sant Lluís y que acudieran allí a quejarse.
De forma que volvieron a su barco y se tuvieron que comer lo que tenían abordo mientras un restaurante anónimo de la zona seguramente estará quejándose amargamente de lo dura que es la crisis que sufrimos.
Me parece que alguien en la administración no entiende muy bien en qué consiste eso del turismo náutico. Y si lo entiende, la situación es peor de lo que yo pensaba.
El mismo navegante inglés se sorprendía de que este año no haya boyas de fondeo en Fornells. Tanta campaña de concienciación sobre la importancia de la poseidonea oceánica y resulta que tras años de cuidarla como un bebé, ahora la dejamos a su suerte frente a cientos de anclas que la agreden cada día. O no está bien lo que se hace ahora o no estaba bien lo que se hacía antes, pero algo no cuadra en la política de protección de esta especie.
Si tan importante es su conservación, no se explica que ahora se deje de proteger arguyendo motivos presupuestarios.
La campaña de verano ya está más que empezada y cada día llegan más barcos buscando refugio a Fornells, pero el campo de boyas que esperaban encontrar no está y muchos, a sabiendas de que existe una reserva marina, no saben si tienen derecho o no a anclar, por lo que la confusión entre nuestros visitantes náuticos es notable.
Otro comentario que se me ha hecho es el del nivel de servicio de las instalaciones portuarias. Dos navegantes, esta vez franceses, me comentaban que no entienden cómo es posible que Ports de les Illes Balears, con todas sus banderas azules y todas las ISO 90xx y todas sus exigencias en las concesiones a terceros, tengan sus instalaciones sin agua corriente, como ocurre en Fornells. Hay unas torretas fenomenales con sus enchufes y sus grifos pero sin agua. Y parece que llevan algunos años así. Ya lo dice el refrán: "En casa del herrero..."
Otro apunte curioso es el que se me hace desde poniente. Hay quen se pregunta quién va a utilizar los amarres de la pasarela de madera que el club tuvo que desalojar para aumentar la seguridad de la maniobra de los ferrys. Ahora que los ferrys se han ido...¿Se devolverán a sus propietarios?¿Se hará correr la lista de espera?¿Se utilizarán para tránsito y así recaudar unos miles de euros adicionales?¿Se reservan para compromisos y amigotes varios? La respuesta en unas semanas.
Esto y muchas cosas más es lo que han dado de sí las últimas semanas de charlas en muelles, varaderos, pantalanes y oficinas. Seguramente que los próximos días podremos comentar más cosas.

jueves, 2 de junio de 2011

Agitado, no removido

Como diría 007 hace unos años, agitado está el interior del nuevo dique de Son Blanc. Mucho más agitado de lo que debiera estar para garantizar la seguridad de los barcos que atracan en él.
Estos días, con viento del norte y nordeste, la agitación de las aguas ha dificultado las maniobras de embarque y desembarque de manera notable en el nuevo puerto comercial.
Esta circunstancia ha hecho que muchos se preguntasen por la gran escollera que debía estar absorbiendo esa agitación a lo largo de la orilla Este del puerto.
Una escollera que estaba en el proyecto que Ferrovial se comprometió a ejecutar y que desapareció en una negociación un tanto opaca que tuvo lugar cuando la UTE concesionaria pidió más dinero y presionó llevándose a Bilbao la máquina de hacer cajones.
Una negociación en la que se "premió" a la concesionaria con un aumento en el presupuesto de las obras hasta el máximo que permitía la legalidad y para rebasar ese máximo se eliminó una parte de la ejecución sin rebajar proporcionalmente el importe de las facturas.
En definitiva: se les regaló la escollera que ahora le hace falta al puerto.
Alguno debe estar rezando para que el tiempo mejore y no se ponga tan descaradamente en evidencia que la escollera que falta es necesaria, porque ese razonamiento lleva a preguntarse el porqué no se llegó a ejecutar esa escollera y esa pregunta no tiene una respuesta cómoda para ciertas personas.
De manera que el puerto está agitado. Por un lado porque el agua se mueve en su interior y por otro porque quienes lo tienen que utilizar se están dando cuenta de que ciertos cargos políticos tienen que responder aún de actuaciones que tienen mucha traza de acabar delante de una toga.
Otro tema que hay que destacar es el hecho de que el dique se ha inaugurado con tantas prisas que no ha dado tiempo a dotar a las zonas de embarque de la protección necesaria contra el roce de los portones de los buques.
Ahora habrá que forrar de plancha metálica aprisa y corriendo esa zona para evitar que acaben sembrándose patatas en los agujeros que previsiblemente se van a agrandar con dichas maniobras.
Se pueden hacer peor las cosas pero hay que esforzarse mucho para conseguirlo.