Publicado en Gaceta Náutica del mes de Abril 2013
El primer territorio español en recibir al sol cada mañana,
Menorca, está lejos de ser el remanso de paz que a todos nos gustaría ofrecer a
nuestros turistas. El sector náutico anda revuelto y a las situaciones
enquistadas se añaden problemas nuevos.
Si empezamos por el centro de la isla nos encontramos al
ayuntamiento de Es Mercadal metido hasta las cejas en varios asuntos de
envergadura. Por un lado se las prometía muy felices al impulsar una marina
seca de promoción municipal en Cala Molí, en Addaia, para barcos entre cinco y
siete metros de eslora. Consideraciones ambientales aparte (Cala Molí es uno de
los rincones más encantadores y entrañables de la isla), el consistorio pecó de
lo que pecan muchos políticos que se creen que, por haber ganado unas
elecciones, su cerebro se enriquece con toda la sabiduría del universo conocido
y no necesitan a nadie para tomar sus decisiones. Así ocurrió que las tarifas
resultantes de su fabuloso y rentabilísimo estudio económico eran totalmente
inasumibles para el común de los mortales. Afortunadamente alguien se lo dijo y
parece que se han desinflado algo en sus aspiraciones.
Sin dejar el centro de la isla tenemos que Portsib pretendía
sacar a concurso los pantalanes que explota en el puerto de Fornells. Que a
Portsib de repente le pesan mucho sus instalaciones y pretende quitárselas de
encima como sea no es ninguna novedad. La novedad es que, mientras intenta
colar un concurso para privatizar instalaciones en Fornells, le contesta a
Ciutadella que no puede cederle las de Ponent porque es una competencia
suprainsular. ¿Apostamos algo a que la “suprainsularidad” le importa tres
pepinos a Portsib en cuanto llegue el momento de concesionar esas mismas
instalaciones a una empresa privada? Como no me canso de decir; todos somos
iguales pero unos más iguales que otros.
Y ya que estamos, volveremos a insistir en que el puerto de
Ciutadella sigue vacío más de un año después de su recepción. Ya se dedicaron a
las empresas de chárter más amarres de lo que la vergüenza aconsejaba. Sobre
todo si tenemos en cuenta que algunos de esos barcos son de uso particular y
están en lista sexta para eludir impuestos y otros no tienen ni siquiera la
decencia de estar abanderados en nuestro país. Pero es que tampoco se aprieta
el paso para asignar de una vez la miseria de amarres restantes para la lista
de espera y todavía hay muchos amarres sin estrenar y que por lo tanto no han
generado ni un euro para el contribuyente.
Y para el final podemos hablar de Mahón. Otro concurso
anulado por orden de un juez y sin embargo a nadie parece pasarle por la cabeza
defenestrar al responsable de todos los desaguisados que la justicia va
desmontando poco a poco. El inefable sigue en su puesto mande quien mande,
demostrando que, en el fondo, quien manda es él. Algunos creen que ésta es la
gota que necesita el vaso para apear del burro al inefable. A mi humilde
parecer, este señor ha dado de comer al pesebre de la derecha tanto como al de
la izquierda y ese es el comodín que viene jugando desde hace años. No será tan
fácil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario