La noticia de que se había llegado a un acuerdo sobre la reordenación interior del puerto que ha saltado esta mañana a la portada de los periódicos locales no ha hecho sino confirmar mis peores presentimientos sobre el Puerto de Ciutadella.
Al final la víctima ha sido aquel colectivo que no tenía voz que hablase por él: la lista de espera.
Pese a ser los más numerosos han sido sacrificados para que triunfe el interés económico particular de algunos.
Vayamos por partes.
Lo primero que se puede plantear uno es si en realidad era necesario destinar un 25% de los nuevos amarres a tránsito teniendo en cuenta que el centenar largo de amarres de Cala'n Busquets son considerados de tránsito y provisionales y que además se acaban de crear 30 amarres de tránsito en el Moll de la Trona.
Pero en el supuesto de que esto sea así, el entregárselos al Náutico para que los gestione es crear de facto un monopolio en los amarres de tránsito del término municipal.
Sobre esto dice el presidente del club que"no es conveniente duplicar servicios". Es una forma sibilina de decir que no le conviene la competencia al que tiene las tarifas más caras.
Está claro que sí le convenía al transeúnte el disponer de una alternativa menos cara para amarrar en su escala en Ciutadella. Ahora no tendrá esa opción y tendrá que pasar por el tubo le guste o no.
Otra consecuencia de esa cesión es que se priva a Portsib de una fuente de ingresos importante y que no suponía apenas coste alguno, ya que los mismos guardamuelles que vigilan los amarres de base se encargaban de cobrar y vigilar los amarres de tránsito.
Es difícil imaginar el motivo por el que Portsib tiene tanta prisa por privarse de fuentes de ingresos y cederlas a terceros.
Un segundo punto a considerar es la actitud de los pescadores de bajura. En todas las reuniones sobre la ampliación del puerto se habían negado a moverse de us ubicación tradicional pero una vez se les desplazó a otro sitio para ejecutar las obras de la zona que tenían asignada todo cambió.
Al comprobar que los amarres donde les habían ubicado (para barcos de 9x3,45m) eran muy grandes y espaciosos y que en caso de rissaga estaban orientados en la misma dirección de la corriente, se negaron a volver al lugar que siempre habían defendido retener.
De forma que se han perdido una importante cantidad de metros cuadrados de lámina de agua de la ampliación (y por lo tanto de ingresos de la administración) por mantener a señores con barcas de 7 y 8 metros en amarres mayores de lo que necesitan. Pero como los perjudicados son los de la lista de espera y no tienen voz, no pasa nada.
Pero ahora viene lo bueno. Los 19 amarres que dejan libres los pescadores de bajura, ¿a quién se los damos?¿A la lista de espera?
La respuesta es que no. Se los damos a dos señores de dos empresas de alquiler de embarcaciones para que puedan ampliar su flota a costa de dejar sin amarre a personas que llevan esperando mucho más tiempo que ellos.
Para acabar, la última esperanza que quedaba a los integrantes de la lista era que algunos de los ilegales que se saltaron la lista para conseguir un amarre fueran desposeidos del mismo y pasaran a la misma lista de espera que se saltaron, pero parece que ni siquiera esa esperanza les queda. Portsib ha preferido sentarse con ellos para conseguir una "unanimidad" en un acuerdo que les reconozca derechos que no tienen y así dar una imagen de consenso que legitime el atropello de los integrantes de la lista de espera.
En definitiva, que se ha machacado sin ningún tipo de miramiento a centenares de personas para que unos cuantos interesados sin escrúpulos arrimen el ascua a su sardina.
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