Como no hay dos sin tres, hoy el periódico nos deja de pasta de boniato con una entrevista a Jaume Carbonero en la que este señor viene a decir a grosso modo que, como le han criticado mucho, que ahora ya no nos asegura la reordenación del puerto antes de San Juan.
Que el puerto de Ciutadella nunca ha sido una balsa de aceite ya debería saberlo este señor, y que las diferentes entidades tienen intereses contrapuestos en muchos casos no debería ser una novedad para un político de carrera como es él.
Lo que no parece serio es que un gestor público se ampare en las críticas para dar marcha atrás en sus promesas y de paso dejar caer una amenaza velada de que si no se portan bien las entidades en la reunión del próximo 17 de febrero no habrá fecha para la reordenación interior.
La reacción esta semana de las entidades ha tenido como denominador común una denuncia de falta de diálogo a la hora de diseñar la reordenación.
El Sr. Carbonero dice que tuvieron una reunión y se llegó a un acuerdo. Si no me han informado mal, lo que pasó en esa reunión es que cada entidad manifestó sus postura ante la reordenación pero en ningún caso se llegó a un acuerdo sobre una reordenación concreta. No hay ninguna firma sobre ningún plano. Ese acuerdo sólo existe en la cabeza del Sr. Carbonero.
La prueba es que la semana pasada aparece el Sr. Carbonero ante los medios (sin convocar a las entidades) y expone su proyecto. Cuando acaba y se va a Mallorca, en lugar del aplauso y la corona de laurel, lo que recibe son críticas y alegaciones en cantidades industriales. Sobre todo por las formas, más que por el fondo.
Hay que reconocer que en algunos casos las posturas manifestadas por entidades y partidos han sido propios de una película de Berlanga más que de un análisis responsable.
El GOB poniendo pegas y exigiendo informes, estudios y pólizas de a 25 para tratar de evitar que se lleve a cabo el proyecto. Incluso resucitando el fantasma de la inseguridad y de las rissagas.
El PSM mediante su incombustible Sr. Orfila, pidiendo que se vuelva a pasar por la comisión de medio ambiente para ver si así se puede bloquear la cosa unos meses.
El PP, pasando olímpicamente de la lista de espera y pidiendo más amarres para tránsito y de mayor eslora, que son los que dejan propinas más gordas en los restaurantes de sus afiliados.
La Plataforma pro Ampliación del Puerto de Ciutadella pide la compuerta que se llegó a considerar en su día como solución para las rissagas y los temporales.
La Asociación de Usuarios des Port de Ciutadella piden que los ilegales que consiguieron su amarre de forma irregular o que cambiaron de eslora sin permiso puedan regularizar su situación.
El club náutico no alega ni siente ni padece, como si no tuviera socios en la lista de espera de Ports, pero se regocija de tener la ocasión de gastarse 300.000 € en pantalanes a cambio de tres años de gestión de Cala'n Busquets.
En Ports se regocijan porque así no tienen que preocuparse de la patata caliente que supone la gestión de Cala'n Busquets y el acuerdo con el club les proporciona tres años de excusa para no acometer su reforma y ahorrarse así los millones que deberían desembolsar.
Los pescadores piden dos amarres más de los que necesitan, por si acaso algún día les hacen falta.
Los restauradores piden más amarres de tránsito y más grandes, igual que pide el PP. Por algo será.
Amics de la Mar no entiende porqué un diario local les ha colgado el muerto de una concesión de amarres que ni existe ni han pedido ni tienen ninguna intención de pedir.
El susodicho diario, pese a contar con periodistas que han vivido toda su vida en una isla, todavía no sabe la diferencia entre un muelle y una escollera y reclaman a Ports un muelle que nunca existió.
Entre todo este galimatías de entidades, partidos y periódicos, llaman la atención varias cosas:
Una es que casi nadie haya pensado en defender a los más de 500 ciudadanos que figuran en la lista de espera frente a las aspiraciones de empresas de charter, restaurantes, etcétera, etcétera etcétera. Los que más necesidad tienen de la ampliación corren el riesgo de ser los más olvidados a la hora de repartir la lámina de agua del puerto.
Otra es que casi nadie reclame que se inicie la verdadera ampliación de este puerto: la de Cala'n Busquets, en la que había una marina seca de 180 plazas y 102 amarres a flote, además de un varadero bien dimensionado y unos servicios adecuados. Esta ampliación estaba consensuada con las entidades del puerto y ya tenía un presupuesto dotado en 2008 y 2009.
Otra es que Ports haya caído en el mismo error en que cayó el PP cuando presentó su proyecto de dique en Sa Farola: Venir con un proyecto hecho en Palma bajo el brazo para presentarlo y esperar que aquí se aceptase a pies juntillas y se les aplaudiera hasta desollarse las manos. Las cosas se debaten; se incluyen ideas de otros; se modifican; se consensuan y luego se ejecutan.
Fíjate si han pasado años sin hacer nada de todo esto desde que yo mismo le supliqué al Sr. Patiño que iniciase este proceso con las entidades del puerto. Nada se hizo hasta noviembre del año pasado. Y ahora se pretende que con esa única reunión ya estaba todo hablado y liquidado.
O el Sr. Carbonero es muy ingenuo o por el contrario ha tratado de colar un gol muy grande ajustado y por la escuadra. De su falta de habilidad puede derivarse el bloqueo de una reforma muy necesaria para Ciutadella. Yo diría que Ciutadella no puede esperar más a que se ejecute la reordenación interior. Las cosas no están como para dejar este tema muerto en un cajón y alguien o todo el mundo debería hacer un ejercicio de responsabilidad como el que se hizo en 2006.
Como final de esta entrada sólo quiero citar al Sr. Carbonero en un pasaje especialmente interesante e ilustrativo:
"Le puedo asegurar que a alguien del propio Govern le ha quemado mucho destinar dinero a Menorca en vez de a otros asuntos"
Sería muy interesante para los votantes menorquines saber quién es esa persona o personas dentro del Govern que nos tienen tanto aprecio. Si fuera posible nos gustaría saberlo antes de las elecciones del mes de mayo.
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