Esta semana nos ha dejado uno de los grandes hombres de mar de nuestra isla. Quim Pardo era una gran persona y un apasionado de la mar y de la vela. Le conocí cuando yo era un niño que daba sus primeros bordos y fuimos coincidiendo en diferentes regatas. Siempre dejaba constancia de su gran calidad personal y hace poco, al jubilarse, me comentó que pensaba navegar más que nunca. ¡Qué envidia! Pensé. Y también pensé que se merecía disfrutar de su barco y de su jubilación ganada a pulso, navegando y viviendo su afición día tras día.
Sin embargo el destino le ha llevado a navegar por otros océanos mucho antes de lo que a nosotros nos hubiera gustado.
Desde aquí quiero manifestar que la estela de Quim seguirá por siempre en la memoria de los que tuvimos el privilegio de conocerle.
Tarde o temprano volveremos a cruzar bordos, compañero.
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