Todos alguna vez nos hemos preguntado para qué diablos sirve
una Federación Española de Vela. Real o Virtual, da lo mismo. ¿Para qué sirve
tener un presidente a sueldo fijo y dietas con una plana mayor pavoneándose por
todo el mundo si cuando tienen que dar la talla y hacer algo realmente importante
acaban demostrando estrepitosamente que el cargo les viene grande? Y lo
demuestran a conciencia, superando con creces cualquier cota del ridículo y la
ineptitud que se les ponga por delante.
Habrá que recordar episodios de sonrojante ridículo como el
del Challenger of Record “Club Náutico Español de Vela”, invento de nuestra
inefable Federación que propició la desaparición de la Copa América tal y como
había venido siendo siempre para convertirse en una carrera de arañas
multmillonarias.
Otro gran momento de nuestra indescriptible Federación fue
cuando dio su apoyo al famoso decreto que convertía la organización de regatas
en una actividad clandestina de facto, ante la imposibilidad material para los
clubes de cumplir con los nuevos requisitos de seguridad que se decidió
exigirles(barcos de acompañamiento, etc).
Sin embargo nuestra Federación de Vela, cada vez menos Real
y más Virtual, se iba a cubrir de gloria una vez más este mismo año.
En las votaciones en las que se decidía qué clases debían
ser olímpicas en la cita de Brasil 2016, el representante de la federación de
vela de nuestro país votó en contra de la inclusión del windsurf entre dichas
clases olímpicas.
Para quien no lo sepa, incluido nuestro representante en esa
votación, el windsurf ha sido una de las modalidades olímpicas que mejores
resultados internacionales ha dado a nuestro país en toda su historia. En la actualidad tenemos figuras
como Blanca Manchón, Marina Alabau o Iván Pastor entre otros, que están dando
unos resultados excepcionales en cada cita a la que se presentan defendiendo
los colores de nuestro país.
Y “nuestra” federación (ya no sé si es nuestra o a quién
representa en realidad) votó en contra de lo más granado de sus deportistas.
Pero lo peor es que estuvieron negando ese voto en contra
durante varios días hasta que se hizo pública la lista de los países que habían
votado en uno u otro sentido. En el momento en que no se pudo mantener por más
tiempo su mentira, el presidente de la federación dijo que “Sólo ha sido un
error, un simple error al votar”.
Pues vuelve a mentir el presidente porque el error, si no ha
sido una maniobra intencionada motivada por razones económicas o de otro tipo, lo
que ha sido es lamentable, patético, impresentable, escandaloso, devastador y
ya veremos si irreparable. Por lo tanto, lo que seguro que no ha sido es
“simple”.
Y dice después nuestro máximo dirigente deportivo que “asume
la responsabilidad”.
Señor presidente, para asumir una responsabilidad no basta
con decir que se asume y ya está. Hay que luchar por arreglar el desaguisado,
dimitir, despedir al responsable, anular la votación, lo que sea menos
simplemente decir que es otro error que añadir a la lista y que nos quedamos
igual que antes.
Igual que antes es imposible porque por el camino se ha
cargado usted la carrera, las ilusiones, el talento, la motivación y las
esperanzas de toda una generación de deportistas que soñaban con defender
nuestra camiseta en las Olimpiadas de Brasil y ahora están debatiéndose en el
vacío más absoluto mientras usted sigue poniendo la mano al final de cada mes
por un trabajo que no ha hecho: defender a nuestros deportistas.
Nuestra federación debe ser virtual porque si fuera real
estaría donde tiene que estar, haciendo lo que tiene que hacer y defendiendo a
quien tiene que defender. Algo que, en este caso, no ha hecho ni pretende hacer
en absoluto.
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