domingo, 18 de abril de 2010

LA ASAMBLEA (II)

Bueno, pues la Asamblea ciertamente tuvo bastante miga.
Buena entrada para lo que dan de sí estos actos y la "nueva" junta presente casi en pleno.
La primera parte fue bastante aburrida, con la lectura del acta anterior y su aprobación.
Cuando se llegó a la presentación de cuentas sorprendió que no se presentasen comparativos con la excusa de un cambio en los criterios contables. Posiblemente fuera así, pero el caso es que los socios se fueron sin poder saber dónde se mejoraba y dónde se empeoraba, sobre todo en partidas como gastos de representación, revista anual, publicidad.... Creo que no hubiera sido un esfuerzo tan grande adaptar el año anterior a los nuevos criterios, pero...
Lo que más sorprendió de la asamblea fue la puesta en escena.
A la antigua junta nunca se nos ocurrió poner entre el público a ningún amiguete para que nos hiciera unas preguntas "oportunas". Porque los que hicieron esas preguntas fueron personas que nadie puede decir que no conocieran las respuestas a las mismas. Entre otras cosas porque cada semana están sentados en la misma mesa que la nueva junta o bien son familiares próximos de alguno de sus integrantes.
Como en el club todos nos conocemos, fuen un detalle que no se le escapó a nadie.
"¿Cuántas altas nuevas se dieron en el último trimestre de 2009 al cambiar de junta?" El doble de las que se hicieron en los otros tres trimestres.
Bravo. Medalla para la nueva junta. Pero...¿tiene eso algo que ver con que se eliminara la cuota de entrada durante esos tres meses?
Yo creo que si, y creo que quienes se dieron de alta antes de eliminar esa cuota de entrada no deben estar muy contentos con el hecho de haber quedado como unos primos.
El caso es que el resultado de esa acción no debe haber sido tan positivo cuando se ha eliminado en 2010.
Luego una persona que está harta de hablar de ello en la mesa del bar preguntó sobre un ancla y así se pudieron decir cuatro gracias sobre el tema.
Otra brillante puesta en escena.
Como ya comentó en su día un miembro de la antigua junta, ese ancla se estaba deshaciendo como se deshacen las que se han puesto en el Castillo de San Nicolás, con el agravante de que ocupaba un espacio necesario en el Moll de la Trona.
Cuando el gerente nos comunicó que había una oferta por ella, creímos que el club estaba más necesitado de dinero y espacio que de óxido y herrumbre.
Lo que realmente me sorprendería es que apareciera el propietario de ese ancla y la reclamase, como se dijo. Entre otras cosas porque la factura de ocupación de patio de varada que tendría que pagar al club sería bastante jugosa.
Por cierto, que cierto periodista se preguntaba en una ocasión en qué se habían gastado los dineros del ancla.
Le puedo decir sin miedo a equivocarme que no se gastaron ni en cajas de gambas "voladoras", ni en lavadoras ni en viajes ni en regalos a miembros de juntas de otros clubes ni de federaciones.
En ese momento el club necesitaba dinero para barcos, motores, monitores, obras de la nueva concesión y un largo etcétera.
Otro punto curioso es que la asamblea de 2008 acordó no renovar el contrato de quienes se tenían sospechas fundadas de haber transmitido fraudulentamente su amarre.
La nueva junta comunicó que no se había respetado este acuerdo "por no tener constancia de tales transferencias fraudulentas".
Como dice aquel..."Sorprende y no sorprende".
Bueno, todavía hay mucho más que comentar de la asamblea, pero lo dejaremos para otro día.

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