jueves, 5 de mayo de 2011

La pela es la pela

O algo así debe haber pasado por la mente de los responsables de Ports de les Illes Balears cuando han decidido que no se van a asignar los nuevos amarres de base del antiguo puerto de Ciutadella hasta después del verano.
Y es que estos señores saben los dineros que se le pueden sacar a un amarre de tránsito en pleno veranito en Ciutadella y saben que no tiene nada que ver con lo que se le sacaría en el mismo periodo a esos amarres si están ocupados por embarcaciones de base.
Y como los integrantes de la lista de espera no tienen quien les defienda y ellos mismos se aplican esa máxima tan menorquina del "mejor no digo nada no sea que se enfaden conmigo", pues nada, este verano, Ports va a tener que comprar máquinas de contar billetes para toda la pasta que les va a caer encima. Y es que en Mallorca ese dinero va a caer muy bien. Invertir en Menorca, como que no les gusta mucho, pero poner el saco para que caigan unos cuantos miles de eurillos y llevárselos para allá ya es otra cosa.
Luego surgen una serie de interrogantes a raiz de este tema:
¿Cómo va a afectar a los ingresos de tránsito previstos por el Club Náutico de Ciutadella el que Ports ponga en el mercado 100 amarres de tránsito a un precio mucho más barato?
Porque el dinero se está gastando (gastar 300.000 € en una concesión a tres años para mí no es una inversión) a espuertas pero ¿será tan fácil de recuperar? ¿Lo van a pagar los actuales amarristas de Cala'n Busquets?¿Lo van a pagar el resto de socios?¿Sabe la nueva junta que los Estatutos del Club obligan a que se convoque una asamblea extraordinaria para concertar préstamos que superen el 20% del presupuesto?
También se puede uno hacer otras preguntas:
¿Cuántos de esos amarres de base/tránsito serán ocupados este verano por embarcaciones de las empresas de charter de Ciutadella?¿Tienen esas empresas más derecho a ocuparlos que los integrantes de la lista de espera o por el contrario se va a respetar la letra y el espíritu del Decreto 61/2001 de 20 de abril?
¿No se podría haber empezado a dar pasos para la asignación de esos amarres de base notificando a los miembros de la lista de espera su disponibilidad y empezando a pedirles la documentación necesaria en lugar de hacerlo todo a la carrera, tarde y mal?
Demasiadas preguntas y muy pocas respuestas.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Titulaciones y sociedad civil

(artículo publicado en La Gaceta Náutica)

Hace unas semanas tuve el placer de desplazarme unos días a Bilbao. Fue un viaje muy positivo en el que tuve la oportunidad de conocer a un buen grupo de personas amantes de la mar y con ese carácter tan especial que comparten quienes han pasado unos cuantos centenares de horas en cubiertas y bañeras. Pero de entre las muchas impresiones positivas que me iba a llevar de Bilbao, tengo que subrayar el poder conocer de primera mano la labor que realiza una asociación cuya existencia desconocía hasta entonces. Se trata de la Asociación Vasca de Capitanes y Patrones de Yate, Itsasamezten. Esta asociación se dedica a divulgar la cultura marinera en el País Vasco de muchas y diferentes maneras. Así, sus miembros desarrollan una febril actividad organizando conferencias, presentaciones, cursos, salidas a navegar, bolsa de tripulantes y un largo y variado etcétera.

Sin embargo, una iniciativa que me llamó poderosamente la atención es su programa de acompañamiento de armadores noveles. El objetivo del programa no es otro que ayudar a aquellos armadores que carecen de experiencia a conocer mejor su propio barco, ganando en confianza y seguridad al tiempo que se aprende a navegar. La asociación proporciona patrones experimentados que acompañan a los armadores noveles a navegar, compartiendo con ellos sus conocimientos y experiencia. Los patrones, miembros de la asociación, hacen esta actividad de forma desinteresada, lo que ya dice mucho del carácter de Itsasamezten. Por último hay que remarcar que no es necesario ser miembro de la asociación para solicitar la ayuda de la misma y participar en el programa.

En los tiempos que corren no es muy habitual encontrarse con iniciativas como ésta y por eso he querido dedicarle unas líneas y hacer público mi agradecimiento personal a quienes han ideado y puesto en marcha una iniciativa tan notable.

Pero el hecho de que la sociedad civil tenga que organizar este tipo de iniciativas tiene una segunda lectura. Y esa segunda lectura no es otra que el sistema de prácticas para la obtención de titulaciones de recreo es un rotundo fracaso.

Fracasa en el pretendido objetivo de enseñar a los nuevos titulados a manejar su barco y en la mayoría de los casos las prácticas se convierten en unos aborregados paseos por el puerto de un grupo más o menos grande de recién titulados, con una expresión en las caras que refleja ni más ni menos lo que están haciendo: perder el tiempo.

En algunos casos, instructores bienintencionados se empeñan en cuerpo y alma para que los alumnos que pasan por sus manos no acaben siendo una seria amenaza para el resto de los artefactos flotantes de la zona, pero se trata de honrosas excepciones que tienen todo en contra de su supervivencia a largo plazo. Por el contrario parece que todo el planeta conspire para convertirles en patrones de golondrinas portuarias con un manojo de clientes forzosos abordo.

Si el sistema fracasa en la formación de los titulados, en cambio triunfa en su empeño de exprimirles a conciencia el bolsillo. Se acogota a los alumnos con prácticas inútiles y estratosféricamente caras, al tiempo que aumentan los requisitos para las academias, de forma que el coste de impartir los cursos también aumenta. El resultado es que todos salen perdiendo y el intrincado sistema de títulos en nuestro país sigue siendo una traba más para el desarrollo de nuestra raquítica industria náutica.