viernes, 12 de noviembre de 2010

Una de cal y una de arena

La noticia que saltó a los medios de comunicación esta semana sobre la reordenación interior del puerto de Ciutadella no ha dejado indiferente a nadie.
Por un lado hay quien se congratula de que por fin la administración se haya puesto un plazo y finalmente el próximo verano tengamos operativos los nuevos pantalanes.
Por otro lado hay quien recuerda que el dique exterior debía estar hecho en dos años y vamos a por el cuarto.
Por un lado hay quien se alegra de que por fín se meta mano a la reordenación de las esloras y se acabe con la desfachatez del mercadeo de amarres.
Ejemplo de falta de ordenacion de esloras
Por otro lado muchos dudan de que la administración actúe con la contundencia que demanda la situación y que todo quede en una regañina y un cambio de ubicación para los infractores.
Por un lado se alimenta la esperanza de quienes llevan demasiados años apuntados en una lista de espera sin moverse ni un sólo puesto.
Por otro lado se tienen serias dudas de que la asignación de los amarres por orden de lista se haga de forma adecuada y se eliminen las peticiones de personas que tienen ya amarres a su disposición en otros puertos por tenerlos a nombre de un familiar o de una empresa, etc.
Por un lado se agradece la celeridad con que se piensa acometer la reforma del puerto tradicional pero por otro lado destaca el ensordecedor silencio sobre las obras de Cala'n Busquets, que son tan importantes o más que las del puerto antiguo y que parecen dormir el sueño de los justos por falta de presupuesto.
Esperemos que el bando optimista sea el que finalmente tenga razón y el próximo verano tengamos operativas las instalaciones, las listas de espera hayan corrido, los amarres se hayan asignado de una manera justa, los infractores hayan dejado su amarre a personas de la lista de espera, el puerto esté ordenado por esloras y las obras de Cala'n Busquets hayan empezado y avancen a buen ritmo.

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