lunes, 2 de noviembre de 2009

CARGARSE UNA AFICIÓN

El año pasado los aficionados a las regatas nos encontramos con la desagradable sorpresa de la publicación del Real Decreto 62/2008 de 25 de enero por el que el Gobierno Central dificulta enormemente la realización de regatas mediante un endurecimiento de los requisitos que deben cumplir los clubes para organizarlas.
La Federación Española de Vela no sólo no saltó a la arena a defender a los organizadores de regatas ante las condiciones draconianas que imponía el citado Real Decreto, sino que llegó a aplaudir su promulgación.
Como resultado, la Regata Costa del Maresme, organizada entre tres clubes catalanes sobre un recorrido de 50 millas ha tenido que ser anulada. Esta primera víctima de la sobrerregulación de las pruebas náuticas ha puesto de manifiesto lo que muchos nos temíamos: que los legisladores trabajan totalmente a espaldas de los legislados.
Pero el segundo acto del drama está por consumarse con otra lamentable actuación de la Federación Española de Vela.
Hace pocos días los armadores de crucero recibimos un e-mail donde se nos comunicaba la obligatoriedad de realizar un curso de seguridad y primeros auxilios para poder participar en las regatas del calendario nacional. La idea es que el curso sea obligatorio en un número reducido de pruebas al principio para luego irlo extendiendo a todas las demás.
El caso es que muchos de los armadores de crucero ya han demostrado conocimientos sobre este tema a la hora de sacarse el título correspondiente para el manejo de su embarcación.
Además el coste del curso (unos 450 €) supone otra carga a añadir a la de las licencias, certificados de rating, inscripciones, y un largo etcétera que hace que regatear en España sea cada vez más oneroso.
Por este motivo y entendiendo que el afán de la Federación no es otro que el de recaudar más y mejor y que no nos está defendiendo frente a los abusos regulatorios de la administración, se propone lo siguiente:
1.- No renovar los certificados de rating en 2010 hasta que no se replanteen por escrito las intenciones de la Federación respecto a la obligatoriedad de este curso.
2.- No renovar las licencias como medida de presión para que cambie la actitud de la Federación ante el colectivo de los regatistas de crucero.
3.- Plantear y discutir este tema en todos los clubes que organicen regatas de crucero para conseguir un posicionamiento conjunto que presione a la FEV para que modifique su actitud respecto a este tema, exigiendo este curso en las regatas que realmente lo precisen y descargando en la medida de lo posible a los cruceristas, de obligaciones innecesarias y económicamente inasumibles.
Es muy importante la adhesión de todos los armadores de crucero a esta iniciativa, ya sea individualmente o ya sea a través de sus asociaciones y clubes, ya que el futuro de esta clase pasa por dejar claro que no es una vaca lechera para ordeñar a su antojo y que los tiempos no están para imposiciones económicas desorbitadas.

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